Siempre tuve la sensación de que el mosquito, además de ser
uno de los bichos más impertinentes y molestos, tenía un
coeficiente intelectual similar al de su tamaño. Una duda me
intimida; observando su genoma son muy parecidos a los
humanos, con una diferencia: nosotros existimos desde
aproximadamente 50.000 años, ellos desde más de 200 millones.
En esta sofocante tarde de verano una obstinada sospecha ronda mi
cerebro y no se despega; ¿serán de verdad más inteligentes que
nosotros?. Una posibilidad nada descartable si tenemos en cuenta
el porcentaje de necedad que posee nuestra especie.
Los machos se alimentan de jugos vegetales. Las hembras son las
que pican. Necesitan nuestra sangre para poder crear huevos. El
dióxido de carbono y el ácido láctico de nuestro sudor. Al picarnos
inyectan en nuestro organismo un anticoagulante y un analgésico –
cuyo efecto, lamentablemente, dura poco tiempo; agradecido
detalle que no las exime de nuestra cólera.
Aunque sea doloroso admitirlo, su vida es mucho más corta que la
nuestra pero su inteligencia no.
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