sábado, 2 de enero de 2016

AVIONES 2


    El tormento en los aviones no tiene escapatoria. Si decides evadirte con la programación digital, el impacto traumático y los efectos mentales colaterales pueden tomar una dimensión futura de consecuencias imprevisibles. La utilización, hasta ahora, por suerte limitada, de los iPhone, iPad, tablet, telefonía móvil y sucedáneos, no contribuye demasiado a la mejora de el intercambio comunicativo – perceptible, visible y palpable. Solamente el gusto y el olfato experimentan una ligero conato de acercamiento al abrir el aluminio de las cajitas de los menús. A eso se suele reducir el nexo de los sentidos dentro del trasto de metal. La lectura de la prensa escrita no subsana la aspereza climática en el aparato. El mundo no ha mejorado con respecto al día anterior; los conflictos bélicos continúan, la venta de armamento aumenta, los recortes sociales también, los ricos siguen engordando sus capitales y los pobres adelgazando sus escasas pretensiones de justicia y felicidad. Para colmo, cuando llegas a las noticias deportivas, obviando la desfachatez de la FIFA y el negocio del deporte profesional, tu equipo del alma – esa poca que te queda todavía – ha perdido el partido, y además lo ha hecho por goleada. 

Doblas el periódico con brusquedad y te levantas para estirar tu enojo. Por un breve instante se asoma a tu mente un arrebato de bilis; desearías ametrallar a todo lo que te rodea y eliminar de la faz del cosmos este jodido planetario entero. 
De repente se te acerca un personal de vuelo con sonrisa de 28 grados y playa de arena dorada, te dirige una sonrisa y te ofrece un vaso de agua mineral que tu aceptas con agrado. Acomodas tu espalda de número 4 en el estrecho asiento, estiras la punta del dedo gordo de tu apretado zapato y piensas, como Juan Villoro, que "estás tan a disgusto con la realidad que los aviones te parecen cómodos".

Cuando lleges a la terminal de destino y respires aliviado, recordarás incluso la tabletita de chocolate que distribuyeron antes del aterrizaje. 


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