¡Venga joven, deja por favor de hacer ostentación de tus dotes
malabares!, tratando de demostrar a tu iPhone que lo dominas
sacándolo con la mano izquierda del bolsillo derecho y
acercándotelo al oído con dos dedos. Si de verdad quieres
demostrar tu destreza e independencia al aparato y a tus colegas, lo
sacas con la mano derecha, lo aferras con los cinco dedos y lo
lanzas, fuerte y alto, surcando el aire, cual parábola que realiza un
balón antes de convertirse en gol, a las aguas del lago de Zürich.
¡Esa es la auténtica actitud de un campeón!.
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