viernes, 5 de febrero de 2016

ESQUINAS


    La vi doblar. Corrí hacia ella. Ya no estaba allí, se había desplazado otros 50 metros.
Realicé un segundo intento de persecución, sucedió lo mismo.
Si bien te deparan alguna sorpresa de vez en cuando, correr detrás de las esquinas es bastante aburrido. Si por lo menos en algún instante se quedasen quietas. 

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