lunes, 30 de noviembre de 2015

LINKA



Linka caminaba por la Langstrasse
como una vitrina desplazándose por Zürich
exponiendo su cuerpo indoblegable
espigón y parapeto de oleaje mundano

flor despojada de los campos magiares
estirado cuerpo de camas de habitáculo
satélite ensombreciendo el neón de las farolas
sorteando el surco de los años

a pesar del humo del escape de los coches
el temor hostigando en el estómago
enfrascada la mente en su utopía,
movía sus caderas con majestuoso balanceo
como un oscilar de efluvio nuevo
perfume oxigenando adversidades

con ese carmín firme de sus labios
como una llamarada lujuriosa
marca y supremacía de desacato
abrasando la aridez del servilismo
en pleno corazón de la Helvetia



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