
desenfrenado como un torrente
acumulando conocimientos
para decorar tu locuacidad
repitiendo discursos
con la perseverancia de una cotorra
Que el atropello de tu ansiedad
se convirtió en costumbre inconsciente
y la voracidad de tu elocuencia
en el suplicio de tus conocidos
Yo te pregunto:
¿Escuchaste alguna vez como suena el borboteo del agua
al descender por un arroyo?
¿La palabra ajena implorando un exiguo asiento
en la mecedora de tu vanidad?
––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––
Enterado de que eres capaz de hablar
hasta la saciedad
no me cuentes lo que tu abigarrado cerebro piensa
prefiero escuchar tu corazón
si es que la palpitación
se abre paso entre tanta espesura
No hay comentarios:
Publicar un comentario