viernes, 11 de noviembre de 2016

LIBERTAD

Desperdiciamos sobrado tiempo en repetirnos
como el repique de las campanas de una iglesia,
reafirmando el credo que nos sostiene,
como un inconsciente evangelio individual
que protege nuestra razón.


Si todavía no estamos para el arrastre
y aspiramos a residir un rato en este mundo,
todo empeño requiere su generosidad.


Decía Gandhi: "para no ser ciego
hay que empezar por nos ser sordo",
escuchar, aprender, ser receptivos…


Se precisa de una técnica repleta de estoicismo:
necesitamos ensanchar nuestra dimensión de libertad.
¡Cometido descomunal para los tiempos que corren!.


Si deseamos desprender de tabiques nuestro templo
y relajar la travesía de la longevidad, el tema es ineludible
el mañana no espera, no hay otra via


ni otra vida…


No hay comentarios: