viernes, 11 de noviembre de 2016

DESAVENENCIA















La razón es un término tan enrevesado como defectuoso
y el corazón un artilugio tan imprevisible como veleidoso.

Expone la razón una certeza, el corazón la desbarata.
Emerge del corazón un arrebato, la razón lo narcotiza.

En esta desavenencia entre lo aconsejable y lo fortuito,
lo sensato y lo asombroso, a veces gana el corazón…

Ya lo decía Pascal Blaise: "el corazón tiene razones
que la razón no entiende".

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