Hay demasiada gente que grita mucho
que suelen ser los mismos que no escuchan nada
practican un verbo ramplón y repetitivo hasta la saciedad
ofuscados en una lamentable incontinencia verbal
forman parte de un inmenso ejercito de enardecidos sordos viscerales
maltratando palabras sin piedad ninguna
son incapaces de oír los latidos de su propio corazón
andan escasos de afecto y no hacen nada por evitarlo
gastan demasiado tiempo contemplando las cáscaras de lo que consumen
son analfabetos de si mismos
deambulan por un desierto de espejismos
y se refugian a menudo en las apariencias
practican la queja para no descubrir sus miserias
y echan la culpa de casi todo a los demás
sufrimos un déficit espasmódico de cariño
y sin embargo estamos invadidos por un narcisismo feroz
millones de almas dando vueltas a un laberinto de soledad
en un mercado saturado de demanda sentimental
lo confiamos todo a la ley del mínimo esfuerzo
no disponemos de tiempo para descubrir a nadie
y esperamos sentados a que nos encuentren

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